domingo, 28 de noviembre de 2010

Simetría y sombras.

Hola a todos.

Aquí estamos una semana más para explicaros nuevos temas de fotografía y enseñaros por supuesto algunas hechas por mí.


-El primer tema: simetría.

En fotografía la simetría puede utilizarse como recurso para crear de una manera fácil fotos equilibradas.
La simetría se produce cuando existe un elemento central que divide la imagen en dos partes, y elementos que se repiten a uno y otro lado. Las fotografías simétricas suelen producir sensaciones agradables en los espectadores de las imágenes. La fotografías simétricas inicialmente agradables hacen que muchos aficionados caigan en la repetición y sus imágenes, por repetitivas, sean monótonas y poco sorprendentes. Desde el punto de vista de la composición se considera que en general las fotografías asimétricas tienen más fuerza expresiva.











-Segundo tema:
sombras.

Las sombras aparecen cuando la luz incide sobre un objeto y éste, a su vez, proyecta su silueta. En ocasiones, estas sombras se atenúan por la existencia de múltiples fuentes luminosas o porque el haz de luz se ha difuminado antes de incidir en el objeto. Aunque en un principio podría parecer que las sombras deberían ser eliminadas o reducidas a su mínima expresión en cualquier toma, a veces gracias a ellas apreciamos nuevos detalles.

Por regla general, una fotografía con una iluminación uniforme y constante tiende a parecer plana y sin perspectiva. Los detalles se pierden y la imagen, en conjunto, pierde fuerza. Para evitar tales efectos es un recurso frecuente utilizar iluminaciones laterales y/o difusas. Sin embargo, ello puede considerarse algo más que una misión imposible, sobre todo cuando nuestro equipo se reduce a una cámara compacta con flash integrado y una luz nada difusa. Estas distintas luces y sombras sirven para catalogar a ambas en dos grupos: las duras y las difusas.

La luz dura tiene su origen en una fuente luminosa que, concentrada en el sujeto, resulta en haces paralelos relativamente coherentes. Esto da lugar a una apariencia dura, vigorosa y cortante. La luz dura genera una sombra claramente definida y generalmente muy oscura. Cuando se emplea para iluminar una escena, todos los pequeños detalles se realzan y son mucho más visibles. El resultado no es siempre aceptable, precisamente debido a este efecto seco que provoca, pero en ocasiones es más que acertado.

La luz difusa -también llamada luz suave o luz blanda- tiene un efecto opuesto al de la luz dura, especialmente cuando los ángulos de iluminación están adecuadamente controlados por el fotógrafo. A diferencia de la luz dura, la suave se traduce en una gran área de iluminación muy difuminada. Así pues, la luz suave tiende a esconder líneas, arrugas y defectos, por lo que es un recurso muy apreciado para la fotografía de belleza y moda.












Con esto termino mi comentario de esta semana.

Hasta la próxima.

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